CANTO POÉTICO.
RICARDO GARCIA TREVIÑO.
ELY, cuando te levantaste y volaste hacia el cielo, aquel seis de octubre de años atrás, una inmensa tristeza se apoderó de tus hermanas y hermanos, y de todos de quienes tuvimos la dicha de conocerte y conocer tu noble corazón; nobleza propia de seres celestiales, ángel custodio de quienes vivieron a tu lado.
ELY, cómo no, si aquel triste día, hasta los árboles lloraron, los pájaros dejaron de trinar, las flores de todos los jardines, enmudecieron y guardando un largo silencio, se encaminaron hacia la parte más altas de todas las montañas del mundo a platicar con el Dios de la vida y la resurrección, en coro celestial, le pedían, le imploraban, le rogaban, que te devolviera; te regresara a la tierra, que tu alma infantil, no les abandonara, que no había con qué llenar tus palabras de amor; de ternura, y de comprensión, tu padre ya había partido y tu madre ya por irse, en un bello circulo de amor
ELY, los llantos llegaron hasta el cielo, donde en la parte más alta del paraíso, del edén, del firmamento, Dios, preguntó a qué se debe esa algarabía, ELY, la niña ángel, acaba de regresar y le lloran y le canta para que regrese, y ello, solo de Ti, Creador del universo, depende … guardó silencio el Dios, de todos los dioses, un largo y profundo silencio y sentenció… ELY, la niña Ángel, se queda con nosotros para siempre, para que vele y proteja a todos sus seres queridos, en un mundo donde las fuerzas del mal les está ganando la batalla.