POESÍA.
LUZ Y FLAMA.
Esos ojos verdes, llenos de ternura, comprensión y lucha, son de un interminable reflejo sobrenatural, ya que el día que naciste, Dios te los concedió, te los ofreció, para gozo y deleite de Tú fuente de vida y de quien te llevo al altar.
MIRADAS, CUAL NO ENVEJECEN, LUMBRERAS LLENAS DE AMOR, QUE NUNCA SE APAGAN.
Esos ojos verdes, que, en sus rincones y recovecos, se esconde, se ocultan, las alegrías y avatares de la vida; esta vida que nos llenó de felicidad y gozos, de dolores y alegrías.
MIRADAS, CUAL NO ENVEJECEN, LUMBRERAS LLENAS DE AMOR, QUE NUNCA SE APAGAN.
Ahora que el tiempo nos alcanza, donde desde la piel al cabello blanco aperlado, cuando las voces y los pasos cambiaron su cadencia terrenal, cual ver crecer a quienes nos siguen, y luchar por encontrar el camino hacia la eternidad, en un gesto de gratitud de Dios, del creador del universo, su hijo y la Virgen María.
MIRADAS, CUAL NO ENVEJECEN, LUMBRERAS LLENAS DE AMOR, QUE NUNCA SE APAGAN.