LUZ Y FLAMA.
RICARDO GARCIA TREVIÑO.
Hola, te saludo con el gusto, aquel día, cuenta un buen amigo de palabra cierta, que circulaba por un avenida de su ciudad, pronto estaba para salir en un viaje furtivo por carretera, cuando lo habitual era el viaje por avión, sentía que su carro requería un servicio de emergencia y efectivo para su vehículo, recordando que cerca de allí había una agencia de venta y servicio de la Toyota, por la avenida Lázaro Cárdenas de la ciudad de Monterrey, Nuevo León, Mexico y sin pensarlo dos veces, llego al lugar, cual fue recibido por una señorita de nombre ROSALIA GARCIA PITALUA, amable y formal, le digo que no tenia espacio para recibirlo y que lo sentía mucho, fue cuando el rostro de nuestro amigo cambio su faz, de tranquilo y alegre a de preocupación y cierta melancolía, dándose cuenta la señorita de atención a clientes de tal reacción, interrumpiéndole su gesto le digo, déjeme ver que puedo hacer, y hablo con una persona y le digo, su carro va a ser recibido para su atención de servicio prioritario de emergencia, causando satisfacción para nuestro amigo, que sabia de antemano que su carro no estaba al 100% y estaba por salir a carreta, y la Agencia de la Toyota, se encontraba llena, pero bien organizada, y dejo su vehículo allí, cual lo recogió en la mediodía del día siguiente, para de allí enfilarse al carretera, donde el silencioso y eficiente vehículo circulaba a una velocidad de ciento veinte kilómetros por hora; razonable para ser rúa de alta velocidad, cuando repentinamente apareció frente a él, su carro y acompañante un barra divisoria de concreto, de esas que colocan para dividir los carriles; cinco metros para impactarse era la diferencia, maniobrando para evitarlo, salvándose por milagro del trágico impacto, cual nuestro amigo, le dice a su acompañante fueron unos cinco metros la diferencia, ¡no! contesta el acompañante, estábamos en frente de la barricada y el carro se movió como si volara, donde una camioneta que iba al lado puso cara de asombro cuando testifico tal evento, por Dios; por Dios, cuenta mi amigo, este milagro se lo debo DIOS y a la Toyota, por el carro y el servicio recibido a tiempo, donde la gestoría de un ángel de la guarda lo recibió un día anterior.
Cosas que pasan, de difícil credibilidad, pero nuestro amigo es un hombre adulto, exitoso y feliz con su vida, lejos del mundo de la fantasía y la imaginación, donde él está convencido del milagro que vivió, ya que todos los días, generalmente reza el rosario y para ese entonces ya llevaba dos.
RECUERDATE QUE LA DEMOCRACIA ES EL PACIFICO DESPERTAR DE UN PUEBLO PENSANTE; INTELIGENTE Y SABIO.
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