LUZ Y FLAMA.
CONVERSANDO EN DEBATE.
RICARDO GARCÍA TREVIÑO.
Hola, te saludos con el gusto de siempre, dentro de la historia de México, desde la etapa de liberación de la corona española, en diversas disposiciones constitucionales a través de la Constitución de 1836 y sus antecedente en la de 1824 y la de Cádiz, la figura de la Revocación de mandato se ha instrumentados, entendiéndose esta como el referéndum o plebiscito contemplado en la normativa suprema de un Estado para evaluar la labor de un funcionario del nivel superior, como puede ser el Presidente de la República, gobernadores y alcaldes, a fin de revocar si no cumple sus obligaciones públicas ante quien lo eligió.
En cuanto a la historia de otros naciones y Estados, los antecedentes datan de la época remota en Grecia, en el Ciudad- Estado de Atenas; siglo sexto antes de Cristo, cual los atenienses y sus elites de poder contemplaban la revocación del mandato a fin de remover a quien no cumplía las exigencias de sus responsabilidades.
En la época moderna, en algunos cantones de Suiza, se aplica la revocación y en otros como la Gran Bretaña y los Estados Unidos de Norteamérica, dónde existe un procedimiento especial para separarlos del cargo, mismo que en el país de las barras y las estrellas le aplicaron a Andrew Johnson, en 1869 separándolo del cargo y a Bill Clinton, en 1998 a quien absolvieron. En ese mismo tenor, lo contempla la Constitución Política del Estado mexicano por traición a la patria.
Ayer la Cámara de Diputados, a iniciativa del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aprobó la reforma constitucional a fin instaurar la revocación en caso de que el pueblo de México así lo decida y lo determine vía voto directo.
Reto de decencia y de honestidad republicana al conservadurismo y sus entrañas, el cual el único recurso que le queda es la insidia; mentiras e hipocresía, a través de sus voceros y mensajeros, quien dolosamente afirma que dicha iniciativa presidencial es a fin de reelegirse como presidente.
Descomunal y absurda argucia para desmeritar el sentido histórico de la reforma constitucional, el presidente de México conoce bien su propio destino, derrotero o rumbo el cual se reviste de ente democrático y defensor del derecho humano de la libre libertad de quien lo eligió por seis años.
La trascendencia política y cultural de tal iniciativa presidencial es de incalculable valor histórico para la nación mexicana; quien no cumpla y abuse del poder puede ser revocado y juzgado por los tribunales competentes, donde tal hechura constitucional aunado a la revaloración del voto en las urnas, colocaran a México como un pilar de las democracias en el mundo, ante la mirada de un desfigurado conservadurismo político-económico-financiero, quien observa cómo son denunciadas sus diabluras y expuestos su torcidos haberes… corrupciones.
Recuérdate que la democracia es el pacifico despertar del pensamiento e inteligencia ciudadana.
¡!Viva México!!
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