LUZ Y FLAMA.
RICARDO GARCIA TREVIÑO.
Hola, te saludo con el gusto de siempre, la experiencia y reflexión que deja el atentado a EVO MORALES, es que LUIS ARCE, es un esquirol; asesino, infiltrado sin alma, mismo que se ganó la confianza de fuerzas progresistas y liberales de Bolivia, y que previo acuerdo con la élite poderosa, intentó asesinar a quien una le dio su mano para ascender al Poder Ejecutivo Federal de su republica, donde bien cabe parafrasear el estribillo mexicano, “NO TIENE LA CULPA EL CRIOLLO, SINO EL QUE LO HIZO COMPADRE”.
Tal cual, a cada quien lo que le toca y le corresponde en Mexico, como es aprovechar la triste y cuasi funesta experiencia del expresidente EVO MORALES, donde literalmente, un milagro le salvó la vida, cuando NO SE PUEDE CONFIAR en los infiltrados, lo que desde su cuna son lo que son, criollos con marcados instintos criminales al servicio de la corona española u otras monarquías del mundo, entes o personas sin identidad nacional alguna, con una demencial idea de hacerse de dinero y poder, a consta de cualquier precio, inclusive el magnicidio ante los ojos del mundo, cinicos e hipocritas naturales; diabólicos, como es en la especie el magnicida de LUIS ALBERTO ARCE CATALUGA.
En cuanto a ANABEL HERNANDEZ, y su triste y vergonzoso papel en la historia del periodismo, donde tal como escribe su historia un día terminará entre la inmundicia. -estiércol. – que ella misma sembró, pobre mujer, pero es obvio que los intereses económicos y politicos que le llenaron de dinero y “fama”, el día menos pensado la eliminaran por ya no requerir sus fantasiosas y absurdas historieta en contra de ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR, su doctrina; filosofía y practica a favor de los pobres y culturalmente esclavizados, donde dichas maquinaciones asesinas será previendo que un día los va a traicionar, puesto que la traición la lleva en la sangre. Difícilmente, casi imposible, se escape de esa trampa del destino, puesto que quien a hierro mata, a hierro muere.
Nada personal, por el contrario, nos causa lastima avizorar tal suerte, pero es obvio que ella misma la está labrando de tal manera por su forma ciega y llena de odio de hacer «periodismo».