CONVERSANDO EN DEBATE.
RICARDO GARCÍA TREVIÑO.
Lic. Ricardo García Treviño
Hola, te saludo con el gusto de siempre. Asombra en dolor e impotencia el asesinato a mansalva del periodista RICARDO MONLUI CABRERA, frente a su esposa y su hija.
Un solo sicario, tres disparos en su cabeza. El no los escuchó, fueron disparados cuando Él caminaba y atacado a su espalda. El periodismo sigue ensombreciendo en México, la brutalidad sigue imponiéndose, el estado de derecho, solo existe en su apariencia; impera el crimen y la impunidad.
Al denominado crimen organizado ¿le interesa el asesinato de un periodista institucional? NO; NO LE INTERESA, un periodismo, tal cual lo ejercía RICARDO MONLUI CABRERA, no le interesaría su homicidio. ¿oh ya no era periodista institucional, en los momentos del asesinato y es por ello que fueron personas de un gobierno los autores intelectuales? ¿fue esa la causa de su asesinato? ¿Por qué la prensa alineada, desliza la noticia y abre un paréntesis de confusión? ¿es acaso un “estate quieto” a los periodistas pro democracia, pro Andrés Manuel y pro anticorrupción? Entre una cosa u otra la familia de RICARDO MOULUI CABRERA, sufre lo indecible, lo inimaginable, lo increíble, el asesinato de un esposo y un padre, viuda y huérfanos, lloran lo irremediable, mientras un ESTADO; el veracruzano, en si el gobernador muestra impotencia; impotencia que lo convierte en cómplice, complicidad que tiene precedentes y antecedentes públicos, donde el dedo del destino lo señala.
… “se va a investigar si el móvil del crimen no fue periodístico”. El banderillazo del encubrimiento fue dado por el propio gobernador, los gorrioncillos pechos ensangrentados, en cántico de jilgueros se hacen escuchar a lo largo y ancho del país y hay algunos medios que ni siquiera el asesinato de RICARDO MANLUI CABRERA, fue nota relevante.
…“el asesinato de un periodista, es porque él se lo busco”. El pueblo veracruzano y el resto de la nación toma nota, enjuicia y dicta su propia sentencia. La perra anda tan brava, que hasta a los de su casa muerde.
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